"En el infierno también escuchan Rock"
Miguel Alférez
(Letrame - Agosto 2019)
Miguel Alférez
(Letrame - Agosto 2019)
Miguel Alférez ha escrito, “En el infierno, también escuchan Rock” y, como en “La Hormigonera Rock” se comparte mucho de ese báratro polifónico narrado ágil y cercanamente por Miguel.
No vamos a describir absolutamente nada de lo que narra en él, sería casi ilícito, vamos a hacer hincapié en el periplo, no por tortuoso, bien al contrario, iniciado el once de julio en Barcelona, en “Discos Revólver”, donde hizo la presentación oficial de esa biografía, “En el infierno, también escuchan rock”. Porque ha vuelto, como casi todo en su vida, a sorprender a allegados y extraños llevándole a viajar, no sólo por esos inexplicables canales informáticos, sino presencialmente a Madrid, a Manises, Rubí, Zaragoza, Bilbo, Vitoria-Gasteiz y Donostia y que, como acaba de anunciar él mismo, continuará volviendo a Zaragoza y Madrid, para continuar en Córdoba, Granada, Almería y Alicante. Ante la demanda presencial de ese sexagenario adolescente capaz, no de levantar, sino de creer en cualquier proyecto, como detalla en su libro, aún cuando, los de siempre, le recomienden no hacerlo.
No vamos a describir absolutamente nada de lo que narra en él, sería casi ilícito, vamos a hacer hincapié en el periplo, no por tortuoso, bien al contrario, iniciado el once de julio en Barcelona, en “Discos Revólver”, donde hizo la presentación oficial de esa biografía, “En el infierno, también escuchan rock”. Porque ha vuelto, como casi todo en su vida, a sorprender a allegados y extraños llevándole a viajar, no sólo por esos inexplicables canales informáticos, sino presencialmente a Madrid, a Manises, Rubí, Zaragoza, Bilbo, Vitoria-Gasteiz y Donostia y que, como acaba de anunciar él mismo, continuará volviendo a Zaragoza y Madrid, para continuar en Córdoba, Granada, Almería y Alicante. Ante la demanda presencial de ese sexagenario adolescente capaz, no de levantar, sino de creer en cualquier proyecto, como detalla en su libro, aún cuando, los de siempre, le recomienden no hacerlo.
Afortunadamente, una vez más, ha seguido su instinto y, ahí está, “En el infierno, también escuchan Rock”, con el que, como cuando estaba tras la batería o frente al micrófono, le vuelve a llevar de un lado a otro a petición de aquellos que son capaces de admirar, no sólo a una figura de la historia del rock and roll, sino a su trabajo. Agradeciendo, como también narra en su libro, Miguel Alférez, que no haya pasado ni pase de puntillas por la vida. En esos más de sesenta años pateándose la crudeza del rock and roll, absorbiendo la belleza del vivir y aglomerando prosélitos de la disparidad que, con la admiración del seguidor y la franqueza de los cientos de amigos que le ha aportado la vida, esperan con ansia la dedicatoria de Miguel en ese libro que guarda un pedazo de su existencia. Y que, sin caer en la necedad del “por algo será”, desde aquí, desde casa, recomendamos incondicionalmente su lectura, “En el infierno, también escuchan rock” de Miguel Alférez.
Texto: Yon Raga Kender
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